Lo primero que conviene aclarar es que el cólico del lactante no es una enfermedad. Se podría definir como un llanto desconsolado y sin motivación previa que no cesa un periodo de larga duración y que, sin causa aparente, desaparece. ¿Te suena?
Se puede decir que un bebé tiene cólicos cuando responde a la “Regla de Wessel” o regla del 333. Se define así por las siguientes razones:
- Aparece alrededor del tercer mes de vida.
- Tiene una duración de 3 horas o más al día, aunque suele aparecer por las tardes.
- Se prolonga en el tiempo a lo largo de 3 semanas o más.
¿Qué provoca el cólico?
La realidad es que nadie puede responde a esa pregunta, por el momento se desconocen sus causas. La creencia popular asocia este tipo de llanto a dolores relacionados con los gases, estrés o cansancio, no obstante no existen evidencias científicas que avalen estas teorías. Como sabemos, el único método de expresión que tienen los bebés es el llanto y es la única manera que tienen para hacernos saber que les pasa algo.
Por todo ello es imprescindible que comprobemos previamente que no existen otras necesidades del peque sin cubrir y que puedan estar ocasionando el llanto. Además, si el resto del día el bebé actúa con normalidad, podremos cerciorarnos de que no existe alguna afección que pueda estar causándole malestar.
Trucos o remedios que pueden funcionar
Cada bebé es un mundo, no nos cansamos de repetirlo. Por ello tendrás que probar diferentes estrategias para lograr calmarlo. Muchas madres nos transmiten sus “remedios caseros” para evitar los cólicos y, en ocasiones, pueden funcionar.
Coger al bebé en cuanto detectemos los primeros signos puede ayudar a prevenirlo. También puede servir un cambio de lugar en el momento en el que comience el cólico (de casa a la calle, por ejemplo) o incluso dejar que otra persona lo coja en brazos.
Recuerda que los bebés son muy sensibles y podemos “transmitirles” nuestros nervios ante una situación que puede resultar muy frustrante. Deja que tu pareja o algún familiar en quién confíes trate de sofocar el llanto del bebé, así evitarás que el pequeño se contagie del estrés del momento.
Biberón anticólicos: un remedio a medias
Biberón anti cólico Tommee Tippee
Puede que hayas oído hablar de los biberones anticólicos. Lo que los diferencia de un biberón convencional es que éstos tienen dos válvulas para la salida y entrada de aire. Esto evita que, ante la ingesta de leche con mucha ansiedad (algo frecuente durante los cólicos), los bebés deglutan demasiado aire y les provoque exceso de gases.
No hacen milagros y no evitarán que tu bebé siga teniendo cólicos, pero sí provocarán menos gases, menos malestar y, por ende, que el bebé esté más tranquilo.
¿Tienes algún remedio infalible para prevenir los cólicos de tu peque?
