En la primera parte de este post, hablábamos de algunas claves para comenzar la guardería con buen pie. Aunque los pediatras no recomiendan la entrada hasta los dos años, es inevitable que empiecen antes. Para que te quedes tranquila, te damos algunas pautas que debes tener en cuenta para elegir la guardería de tu peque.
¿Qué debo saber sobre la guardería?
- Cuál es el ratio niño/cuidadores: Este dato es fundamental. dependiendo de la edad del pequeño podemos dar por bueno un ratio mayor o menor. Ten en cuenta que cuanto más pequeño sea, más cuidados necesitará.
- La posibilidad de ver todas las estancias de la guardería donde puede estar tu hijo: dónde juegan, dónde se echan la siesta. Observa las medidas de seguridad que tienen o la amplitud de las salas. Estos criterios te darán más confianza.
- ¿Cómo solucionan las incidencias? Si un niño se pone enfermo u ocurre una emergencia. ¿Tienen protocolizado qué hay que hacer?
- ¿Tienen alguna línea educativa? Hay guarderías que trabajan con la infancia desde determinadas pedagogías de aprendizaje. Si pretendes educar a tu hijo bajo una de ellas, quizás puedas valorar que la guardería sea la proyección de la línea que estés llevando/ desees llevar.
- ¿Cómo realizan la adaptación del pequeño al centro? El periodo de adaptación es aquel en el que los padres dejan poco tiempo al pequeño en el centro, con el fin de que se vaya acostumbrando paulativamente a su nueva rutina). ¿Es un periodo flexible? ¿Cómo permite el centro a los padres acompañar a su hijo en este proceso?
- ¿Cómo solventan el tema de las comidas? Si tienen comedor y confeccionan ellos la comida, si se proveen de un cátering. ¿Qué medidas tienen respecto a los niños intolerantes o alérgicos?
- ¿Qué titulación tiene el personal que trabaja con los niños?
Compara y contrasta con otros padres
Si tienes oportunidad, habla con otros padres que estén utilizando los servicios del centro o indaga en la redes si hay algún sitio donde expresen sus opiniones. Te podrán dar otra mirada sobre el centro al que pretendes llevar a tu hijo.
Por último, fíate de tu instinto y el de tu hijo al visitar el centro. Tus impresiones inconscientes y las de tu pequeño pueden ser de gran valor a la hora de realizar la elección. Al igual que en tu maternidad, lo importante es lo que tú creas que es mejor para tu hijo.
