El bebé pasa gran parte de sus primeros 12 meses de vida durmiendo. Es importante que ese sueño se realice con seguridad para evitar accidentes y minimizar el riesgo de SMSL (Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante).
- Boca arriba: salvo que el médico te indique lo contrario, porque tu bebé tenga reflujo gastroesofágico o alguna malformación en las vías aéreas, entre otras, podremos a dormir al bebé boca arriba, durante el primer año y especialmente durante los 6 primeros meses.
- La cunita: Es colchón ha de ser firme y las sábanas, al ser colocadas no han de dejar espacios entre el colchón y la barandilla de la cuna. Los accesorios como cojines o el exceso de muñecos han de evitarse. La ropa de cama será específica para cuna y del tamaño adecuado, evitando que cubra la cabeza del bebé.
- Temperatura, la justa: la tendencia general es pesar que como los bebés tienen más problemas para mantener la temperatura estable, han de estar en ambientes más cálidos, y solemos subir unos grados la calefacción en el lugar donde nuestro hijo/a duerme. Pero los estudios demuestran que el cuarto del bebé ha de tener una temperatura de unos 20-22 grados, no es necesario más.
- El pecho, factor protector: A sumar uno más entre sus múltiples beneficios. Los niños que maman a demanda del pecho, tienen más despertares, sueño más ligero y por tanto menos riesgo.
- Al lado de los papás: cuando el bebé duerme con sus padres, tenemos más facilidad para atender sus demandas y lo hacemos con más rapidez. Dependerá de los padres si prefieren poner la cuna al lado de su cama, usar una cuna-sidecar ( cunas que están “adosadas” a uno de los laterales de la cama de los padres) o realizar colecho.
- Sustancias tóxicas: la exposición al tabaco es especialmente perjudicial en este aspecto, tanto prenatal como postnatalmente, al igual que el alcohol.
