Una enfermedad de la piel
La dermatitis atópica es una de las enfermedades de la piel más frecuentes que según diversos estudios, está aumentando en todo el mundo. Es más frecuente en la población infantil y juvenil que en la adulta.
Sus síntomas son las rojeces, el picor, las escamas y la irritación en zonas localizadas de la piel. En los niños y bebés, estas zonas suelen ser los pliegues de las piernas y brazos, pero también puede aparecer en el cuello, la espalda, el culete y la cara.
Existen diversas teorías sobre el origen y la causa de la dermatitis atópica y también sobre si se puede curar o se trata de una enfermedad que puede persistir a lo largo del tiempo.
También puede aparecer de manera puntual, como una reacción de tipo alérgico a determinados componentes, generalmente químicos. Lo que sí es cierto es que una parte de su tratamiento se basa en la utilización de productos cosméticos adecuados.
Además, como en toda enfermedad, es bueno hablar de prevención, educación y buenos hábitos.
¿Que puedo hacer para prevenirlo? 
Los hábitos que se recomiendan son: evitar productos que favorezcan su aparición, hidratar bien la piel, secarla muy bien, sin frotarla, especialmente, en las zonas donde puede aparecer con mayor facilidad y usar productos emolientes que regeneran la estructura de la piel.
El decálogo europeo de la dermatitis atópica recomienda además “evitar los productos con jabón, deben ser hipoalergénicos y sin fragancia. Después del baño, secar con una toalla sin frotar la piel y aplicar una crema hidratante para prevenir la sequedad de la piel y que se cuartee”.
Los productos cosméticos biológicos específicos para bebés son una elección muy interesante para prevenir la aparición de esta enfermedad desde su nacimiento. Estos productos contienen ingredientes cuyo origen biológico aporta la seguridad necesaria en el tratamiento de la delicada piel del bebé, gracias a las propiedades protectoras, regeneradoras, calmantes e hidratantes de sus componentes. Su origen biológico garantiza la ausencia de componentes químicos y derivados del petróleo, a los que la piel delicada del bebé puede reaccionar más fácilmente, con el efecto indeseado de la dermatitis atópica.
