Piel fina
La piel de los bebés es aproximadamente un 50% más fina que la de un adulto, por lo tanto muchísimo más sensible. Al ser más delgada, la pérdida de calor y agua es mucho más rápida y, además, más propensa a la adquisición de enfermedades y problemas dermatológicos. En resumidas cuentas, hay que tener cuidado, pero sin alarmarse.
Desde el punto de vista de los padres (nosotros también lo somos, y es lógico preocuparse en exceso), es conveniente conocer algunas de las situaciones más comunes con respecto a la piel del neonato para no alarmarse.
Las defensas naturales
El lanugo, el vello que protege al bebé al nacer.
El cuerpo humano es muy sabio y desde niños nacemos con ciertas protecciones «innatas» para resistir las condiciones climatológicas adversas. En este sentido, el bebé nace recubierto de una capa grasa denominada vérnix caseoso que, entre otras cosas, protege al recién nacido ante la pérdida de temperatura a la par que lo hidrata. Desaparece poco a poco durante los primeros días y es recomendable no bañar al bebé hasta pasadas al menos 48/72 horas del parto.
Otra de las barreras naturales del neonato es el lanugo, ese vello corporal muy fino que recubre al bebé tras el nacimiento. Este pelo puede ser más o menos extenso en función de la raza y el bebé, pero lo habitual es que vaya desapareciendo gradualmente hasta las 40 semanas.
Manchas y erupciones comunes
Debido a esta delicadez extrema de la que hablamos, es completamente NORMAL que aparezcan algunas manchas o erupciones en la piel durante los primeros meses de vida. Lo primero que conviene aclarar es que, en el proceso de adaptación al nuevo «ambiente», los recién nacidos cambian de tono de piel con relativa rapidez.
Justo al nacer, la tez suele ser de color violáceo y progresivamente va tornando en rojiza a medida que su sistema respiratorio comienza a funcionar- a pleno pulmón, sin duda- y su temperatura corporal se estabiliza. A partir de las 24 horas, puede tornar de color amarillo (ictericia fisiológica) producido por un exceso de bilirrubina que su hígado es incapaz de descomponer adecuadamente. La piel suele volver a su color habitual en el séptimo día aproximadamente.
Algunos de los problemas más normales son:
- Hemangiomas capilares: manchas planas de color rojo que normalmente desaparecen al año de vida
- Eritema tóxico: aproximadamente el 50% de los bebés nacen con este «acné» que desaparece entre la segunda semana y el cuarto mes.
- Mancha mongólica (melanocitosis dérmica congénita): hiperpigmentación de la piel en tonos azules, habitualmente en los niños asiáticos, localizada habitualmente en la zona sacra. NO SON HEMATOMAS y suelen desaparecer durante el desarrollo del individuo, antes de la pubertad.
Hemangioma capilar, eritema tóxico y mancha mongólica
Consejos en el cuidado de la piel
- Recuerda que es importante mantener hidratada la piel de tu bebé, pero siempre con lociones específicas para los recién nacidos, ya sea en crema o aceite.
- En la ropa, algunos tejidos pueden ser demasiado ásperos y provocar rozaduras , picores o irritaciones. Es conveniente lavar todas las prendas del recién nacido aparte con un detergente de fórmula neutra sin demasiados aditivos.
- Durante el baño, el jabón no es un elemento al que temer siempre y cuando tengamos productos concretos para el neonato y el PH sea inferior a 7
Por último, si crees que tu bebé presenta algún signo atípico, ve al pediatra y asegúrate de que todo está bien.
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