En nuestros días, muchas mujeres eligen el momento de quedarse embarazadas. Al igual que se planifica el tiempo en el cual tener un bebé, también es muy recomendable, planificar que el cuerpo de la mujer esté en las condiciones más optimas, y podamos adelantarnos a aquellos factores en la vida de la mujer que pueden causar un efecto negativo en la futura gestación. Cada mujer tiene necesidades distintas y han de ser tenidas en cuenta de manera individual.
¿Qué es necesario hacer?
Exploración general: Para conocer su estado físico. Datos como constantes vitales – como tensión arterial, frecuencia cardiaca– o una analítica de sangre completa serán muy importantes. En ocasiones, enfermedades maternas como asma o epilepsia, requieren hacer un cambio de medicación, más recomendable para el embarazo.
Exploración ginecológica: exploración de mamas, estudiar el estado del cuello y comprobar su hay alguna lesión o comprobar que no hay ninguna malformación que pueda perjudicar el curso del embarazo.
Antecedentes reproductivos de la mujer: Gestaciones y abortos previos. Si ha habido cesáreas previas, es recomendable que haya un tiempo mínimo entre gestaciones.
El estado serológico y vacunal de la mujer. Si la mujer tiene VIH, hepatitis B etc… es importante tomar las medidas necesarias para poder evitar el contagio al futuro bebé, o el empeoramiento de la madre con el embarazo o el parto. Dependiendo de la enfermedad que padezca. Puede que sea necesario
Hábitos y consumo de sustancias tóxicas: Alcohol, tabaco entre otros puede causar graves problemas tanto en la madre como en el feto.
Hábitos de vida desfavorables: Malos hábitos alimentarios sedentarismo, exposición a tóxicos ambientales…Deben ser tenidos en cuenta para o bien corregirlos o bien vigilar más de cerca el embarazo.
Iniciar la toma de suplementos nutricionales: Fundamentalmente ácido fólico, que se ha demostrado ser preventivo de los defectos del tubo neural -espina bífida, labio leporino, etc-.
