Tensión alta en el embarazo ¿Es un problema? 
Habrás visto que en las revisiones normales del embarazo, tanto médicos como matronas te comprueban la tensión arterial. Es de gran importancia su vigilancia ya que detectar sus anomalías precozmente puede prevenir grandes problemas, como los trastornos hipertensivos en el embarazo que es un riesgo tanto para la madre como para el bebé.
Una presión arterial (PA) sistólica igual o mayor a 140 mmHg y/o una PA diastólica igual o mayor a 90 mmHg, ha de hacernos acudir a las urgencias del hospital. A partir de ahí, se realizarán una serie de pruebas complementarias, como nuevas tomas de tensión, analíticas de orina, de sangre y ecografías para diagnosticar adecuadamente el embarazo.
Otra de las alteraciones que se suele dar con la tensión es la existencia de proteinuria patológica en la orina. Durante el embarazo, se considera normal tener hasta 300 mg. Para hacer una buena valoración de las proteínas en orina se realiza una recogida durante 24h y sobre esa muestra se miden.
Es muy frecuente que la tensión arterial alta se acompañe también de la aparición de edemas. Si su aparición es muy frecuente durante el embarazo, especialmente en épocas calurosas y en los miembros inferiores o un edema generalizado (en la cara, la zona sacra… zonas en las que es menos frecuente encontrarlo) ha de ser siempre motivo de consulta.
¿Que enfermedades relacionadas con la tensión alta podemos encontrar en el embarazo?
La más frecuente es la Preeclampsia, se considera así una hipertensión que aparece después de la semana 20 de embarazo y que viene acompañado de presencia de proteínas en orina mayor de 300 mg. Su origen es muy distinto a la hipertensión esencial. Se considera preeclampsia grave cuando la gestante tiene una PA sistólica igual o mayor a 160 mmHg y/o una PA diastólica igual o mayor a 110 mmHg con proteinuria, si existe hipertensión asociada a proteinuria grave (igual o mayor a 2 g en orina de 24 h) o si se acompaña de algún signo o síntoma de afectación multiorgánica.
Existen problemas hipertensivos cuyo origen es muy distinto a la hipertensión que se produce fuera del embarazo.
Además de la Preeclampsia, existen otros trastornos relacionados con la tensión durante el embarazo que debemos tener en cuenta:
La eclampsia se diagnostica a una paciente con preclampsia con convulsiones que no son atribuibles a otras causas. Es de gran gravedad y requiere atención médica en un hospital lo antes posible.
Si la gestante ya tenía la tensión alta antes de del embarazo, la hipertensión se manifiesta antes de la semana 20 de gestación o la que persiste tras las 12 primeras semanas posparto, hablamos de hipertensión crónica.
A aquellas pacientes cuyo único síntoma es el aumento de la tensión por encima de los límites normales, después de las primaras 20 semanas de gestación, se la diagnostica de hipertensión gestacional. En ocasiones evoluciona a una preclampsia o continúa como único signo alterado hasta el final del embarazo e incluso las primeras 12 semanas posparto.
¿Hay mujeres que tengan más riesgo de padecer estos problemas?
Es más frecuente padecer estos trastornos cuando se tienen antecedentes en embarazos anteriores. Las mujeres que gestan por primera vez, o las que tienen gestaciones gemelares también tienen más riesgo, así como aquellas que tienen problemas de obesidad, enfermedad renal crónica o trombofilias ( alteraciones en exceso de la coagulación).
Comprobar el estado del futuro bebé nos será fundamental en este caso. Se comprobará su bienestar mediante cardiotocografía cuya frecuencia estará determinada por la gravedad de la enfermedad. La ecografía para comprobar el crecimiento y la cantidad de líquido amniótico y especialmente la Eco-Doppler.
¿Has sufrido alguno de estos trastornos hipertensivos en el embarazo? Cuéntanos tu experiencia, así aprendemos todas de ella.
