Las imágenes de un sacerdote rumano que perdió la paciencia mientras se preparaba para bautizar a un bebé, han dado la vuelta al mundo.

El sacerdote ha sido suspendido durante un mes por tratar con «gestos y actitud inadecuados» a un bebé que no dejaba de llorar durante un bautismo en Rumanía. 

Las imágenes muestran a familiares y amigos reunidos en el evento religioso, mientras el bebé llora a todo pulmón.

El cura, muy irritado, intenta taparle la boca al bebé, pero nada funciona, a su lado vemos la madre paralizada.

Esta situación parece haber desesperado al sacerdote, que se quita y se pone la sotana de forma abrupta.

El párroco sumerge rápidamente al niño en la pila bautismal, ya que el bautismo ortodoxo requiere que los bebés sean sumergidos tres veces en agua bendita de la cabeza a los pies, luego lo entrega a su madre.

Las imágenes han causado un gran revuelo en Rumanía.

Este hecho se ha viralizado en redes sociales y el vídeo ha recibido medio millón de visitas en menos de 48 horas.