Contacto piel con piel y lactancia: cuanto antes, mejor

Piel con Piel

Puede que parezca una moda el hecho de poner a un bebé en contacto piel con piel con su madre desde el momento que sale de su cuerpo, pero existe multitud de bibliografía que habla sobre los grandes beneficios que tiene esta técnica, aunque la gran mayoría sean en prematuros que son los que, por verse privados de vientre materno, quizás más lo necesiten. Por ejemplo para los bebés por encima de 37 semanas puede ser un factor muy positivo en relación a la instauración y mantenimiento de la lactancia materna.

De sobra es sabido los múltiples beneficios que tiene el ser amamantado para los bebés, tanto para su inmunidad, como para su crecimiento y desarrollo. Además es un método ecológico y económico, y sólo en muy escasas ocasiones ( VIH, galactosemia…), existen complicaciones para no iniciar dicha lactancia.

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En el momento que el bebé nace, si el parto se ha desarrollado sin problemas, los bebés están en un estado que conocemos como alerta tranquila, en parte por las hormonas del estrés segregadas durante el mismo. En un mundo donde los olores, la luz o el ruido son estímulos nuevos, el bebé se encuentra calmado sobre su madre, cuyo tono de voz reconoce ya que lo ha estado escuchando desde que desarrolló el sentido del oído durante la gestación. También reconoce el olor ya que el líquido amniótico tiene partículas volátiles que dan olor entre otras cosas, al calostro. Contra su piel, mantiene el calor corporal, sin tener que utilizar sus propias reservas para ello.

La mayoría de los niños en estas condiciones, dejados en decúbito prono sobre el pecho de su madre, son capaces, con el suficiente tiempo, de alcanzar el seno materno y comenzar a succionar de él.

La OMS recomienda que los niños sean alimentados con leche materna durante los 6 primeros meses de vida. Y posteriormente se continúe hasta los dos años, acompañándola de la alimentación complementaria. Los estudios realizados al respecto demuestran que la práctica del piel con piel, especialmente las 2 horas que siguen al nacimiento del bebé, favorece una mayor duración de la lactancia y que interrumpir este proceso favorece la disminución del número de tomas y los problemas del recién nacido, entre otros.

Author: Julita

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